A través del Programa de Inclusión Financiera, impulsado entre los ministerios de Desarrollo Humano y Hábitat, y el de Desarrollo Económico y Producción, fueron entregados más de 100 créditos blandos accesibles. A través de convenios realizados por estos organismos citados y los bancos privados Ciudad, Brubank y Santander.
Entre todos sumaron un total de $ 14 millones de pesos. Es muy interesante la posibilidad del acceso a estos financiamientos en el curso de este año, porque impulsan el crecimiento y el desarrollo de los emprendedores de la Economía Social. Son unidades productivas, que están ubicadas en los barrios vulnerables de la ciudad de Buenos Aires.
En línea con estas acciones, María Migliore, la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat porteña, lo describe en todos sus detalles, en la siguiente declaración: “La mejor política social es el trabajo y el acceso al financiamiento es una de las barreras estructurales que tienen los emprendimientos sociales para crecer. Por eso, desde el Gobierno de la Ciudad consideramos muy importante acompañarlos para que puedan tomar decisiones de manera autónoma y crecer. Creemos que la articulación con el sector privado para el otorgamiento de créditos de tasas blandas es imprescindible para el desarrollo autónomo de los negocios”.
De acuerdo a este sistema implementado de articulación público-privada, se ha logrado instrumentar una herramienta, por medio de la cual, sus destinatarios se inician en las líneas de créditos. Esto les facilitará el desarrollo de sus actividades. Incluido que comenzarán a utilizar los créditos para alcanzar objetivos de crecimiento. Esto posibilita la continuidad del apoyo, en la medida de que cumplan con los requisitos, de manera paulatina los montos serán mayores y las tasas, menores. Además lo interesante es que en la vinculación surgida entre los emprendedores, mediante los encuentros para tramitar los créditos, se producen situaciones de conectividad para el intercambio de los productos y servicios entre ellos.
Las palabras de Belén Barreto, subsecretaria de Desarrollo del Potencial Humano, trazan con claridad, los objetivos perseguidos con este programa: “Tenemos como objetivo generar mejores condiciones de desarrollo para los emprendedores. Y la inclusión financiera en barrios populares es uno de los pilares de nuestro trabajo. Por eso, desde el gobierno de la Ciudad buscamos ser un puente entre el acceso al crédito y la creación de empleo genuino, que es una de nuestras prioridades”.
Toda esta movida, comenzó en el año 2020, con la aprobación de la Ley de Economía Social, por la Legislatura porteña, en diciembre de ese año. Es el marco ideal para la realización de políticas públicas que apunten a mejorar las condiciones laborales de un segmento de 500 mil trabajadores de la Economía Social y Popular de la Ciudad. Los contenidos de la citada ley están configurados para impulsar a ese sector, potenciar sus posibilidades y mejorar su situación laboral y productiva.
Los estudios realizados para la elaboración del proyecto, han definido a siete sectores de la Economía Social y Popular, como los que cuentan con las mayores posibilidades de crecimiento. Con lo cual alcanzarán a integrarse con las cadenas de valor. Los sectores con más futuro son: textil, alimentos, logística, cuidados, construcción, comercio y economía verde.