Como ocurre, año tras año, un presidente argentino inaugura las sesiones ordinarias del Congreso en el primer día de marzo. En esta ocasión, Alberto Fernández, lo hará por tercera vez, como corresponde al ejercicio de su cargo de Presidente de la República Argentina.

Es una situación muy particular en este caso, por razones diversas. Para mencionar algunos hechos controvertidos que deberán ser resueltos en este nuevo período legislativo, podemos mencionar los siguientes. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, es el tema prioritario. Mientras parecía que estaba todo definido surgió la diferencia con los aumentos sobre las tarifas de servicios. Fernández esperaba e insiste en cerrar con un aumento del 20%, el FMI mencionó un 60%.

Es inminente que se resuelva ese tema para que se presente el contenido del entendimiento en la Cámara de Diputados. Se espera que en los días que restan hasta el discurso de apertura del Presidente, el 1 de marzo, se pueda avanzar hacia un acuerdo definitivo. Otro tema preponderante es la situación internacional. Respecto a la incertidumbre que genera el conflicto bélico originado por la invasión de Rusia a Ucrania. El Gobierno sostiene que no interferirá en el cierre de la negociación con el Fondo Monetario Internacional.

Seguramente, de no resolverse rápidamente la situación, serán preocupantes los efectos que causará a la economía de Argentina y todo el mundo. Sobre todo, en el tema de la dependencia energética. También en la ubicación de nuestro país dentro de la geopolítica internacional. Son temas por demás conflictivos. Según las fuentes oficiales, el discurso tiene contenidos que reflejan las propuestas para los distintos ministerios de Gobierno. Todos ellos están fundamentados en los temas centrales, que serán objetivo de tratamiento en la esfera legislativa. Se refieren a «contener la inflación, impulsar el crecimiento y la producción y las exportaciones».

Es muy posible que también sean incluidos, en las sesiones ordinarias, los temas que se habían propuesto para las sesiones extraordinarias, que se anunciaron para el mes de febrero. Estas fueron abortadas e imposible de realizar por las diferencias dentro del espacio gobernante, después del impacto causado por la renuncia de Máximno Kirchner, en desacuerdo con las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Esa situación interfirió en el armado de las autoridades para las 47 comisiones parlamentarias necesarias para el desarrollo de esas sesiones.

Para ese nuevo ejercicio parlamentario, es muy posible que las propuestas que presentará el Gobierno estén relacionadas con proyectos sobre temas como, salud mental, crisis climática, educación, desarrollo productivo, obras públicas e infraestructura para tratar en el 2022, por cada ministerio y área de Gobierno. Veremos cómo se llega al momento de ese discurso. Faltaría cerrar el acuerdo con el Fondo para poder, por lo menos anticipar, en la apertura, un indicio de que estaría listo para presentarlo, a la brevedad, en la Cámara Baja. De esta definición dependen muchas de las acciones para los dos años restantes del Gobierno de esta administración.