El cementerio de Recoleta – que acaba de cumplir 201 años de existencia – es un imán muy atractivo para turistas de todo el mundo y también para los residentes de nuestra ciudad. El lugar es depositario de verdaderas joyas del arte argentino. El problema radica en que esas obras están a la intemperie. Al respecto, el Gobierno de la Ciudad cuenta con un equipo de expertos encargados de su conservación y restauración.
Julia Domeniconi es la secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal del Gobierno porteño, organismo del que depende la Dirección General de Cementerios. La funcionaria declaró que: “trabajamos para la puesta en valor y restauración de obras monumentales en el cementerio de la Recoleta, destacado no solo por el valor de su patrimonio funerario sino por ser uno de los puntos de mayor atracción de visitantes de la ciudad”
¿Cómo se conserva el patrimonio?
Bajo la dirección del especialista en preservación de obras patrimoniales a la intemperie, Miguel Crespo, el área de restauración del cementerio se encarga de preservar y recuperar sepulcros históricos. El camposanto cuenta con 5.000 bóvedas del camposanto, 90 poseen la calificación de históricas. El equipo trabaja por núcleos donde se ubican varios monumentos juntos o dentro de unidades conceptuales, con la finalidad de consolidar una percepción del patrimonio de la obra en su entorno y dentro de un plan global.
Entre las creaciones artísticas y arquitectónicas realizadas entre 1880 y 1930 por destacados artistas nacionales como Lola Mora, Lucio Correa Morales, Troiano Troiani, Alfredo Bigatti o Antonio Pujía, y extranjeros como Jules-Félix Coutan o Ettore Ximenes. Para restaurar las obras primero se hace un diagnóstico para reconocer el daño que hizo el paso del tiempo en las mismas. La tarea es realizada por el director del equipo en coordinación con las restauradoras Paula Booth y Lorena Pacora, se ejecuta por sectores. Suele comenzar por los frentes de las bóvedas, continuando por los perfiles y partes posteriores.
Entre las restauraciones realizadas se encuentran las llevadas a cabo en los sepulcros de Olivera de Pignetto, Facundo Quiroga, Pablo Ricchieri, Federico Brandsen, Estanislao Soler, Cornelio Saavedra, Martín Rodríguez, Marco Aurelio Avellaneda, Mariquita Sánchez de Thompson y Remedios Escalada de San Martín, el cenotafio del Deán Funes, los túmulos de Gregorio Ignacio Perdriel, Antonio Sáenz y Juan Izquierdo, la figura del Cristo central y ocho relieves escultóricos.
Breve historia del lugar
El Cementerio de la Recoleta es el primer cementerio público argentino. Hasta 1867, fue el único cementerio de la ciudad. Contemporáneo del cementerio francés Père Lachaise, se trata, sin embargo, de una creación cultural argentina. Domingo Sarmiento, Julio Roca, Lucio N. Mansilla, Felicitas Guerrero de Álzaga, Facundo Quiroga, Juan Bautista Alberdi, Miguel Cané, Luis Vernet, Aristóbulo del Valle, Luis Federico Leloir, Eduardo Mallea, Adolfo Bioy Casares, Benjamín Solari Parravicini, Eva Perón, Álvaro Alsogaray y Raúl Alfonsín descansan en algunas de las más de 4500 bóvedas del cementerio. Más de noventa fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.