Recorriendo el barrio de Villa Devoto, tuvimos el placer de cruzarnos con el Club Social y Deportivo Laureles Argentinos, ubicado en el pasaje del mismo nombre al 5056. Una vez allí, tuvimos el gusto de conocer las instalaciones y conversar con su presidente, Carlos Alejandro Mylyezuk. Esto nos comentaba:

1- Cuéntenos acerca de quién es usted, cuál es su función en el club, y cuáles son las principales actividades del mismo.

“Soy Carlos Mylyezuk, presidente del club, técnico… hago de todo. Vos sabes cómo es el club, si vos no haces las cosas, muchas no se llegan a lograr, por el dinero, por todo, limpieza… Hacemos un poquito de todo. Tenemos taekwondo, vóley, patín artístico, tela en circo, fútbol infantil, recreativo. Escuela de peques de 3 a 5 años. Teníamos aikido, dejaron los de aikido. Teníamos dos centros de jubilados, que ahora ya no vienen por el tema del COVID”.

2- ¿Participan de algún tipo de competición?

“Las chicas de vóley, sí están participando. Tenemos, que fue algo nuevo, futsal, que se instaló el año pasado. Pero el problema es que no tenemos el diámetro de la cancha para jugar, y se tiene que ir a alquilar afuera, es un compromiso muy grande que se lo debíamos a los chicos. Porque terminan los años acá del baby, después quedan en el aire, y queríamos seguir con la pertenencia de los chicos, porque nacen acá, porque son chicos que empiezan a los 3 años y terminan en el club. Es un club muy familiar, muy familiar… Entonces no queremos romper eso. Acá no vas a ver otra cosa que no sean chicos y familias”.

3- ¿Están ustedes participando en la petición para quitar la cárcel de Devoto?

“No nosotros, sino que hay un grupo que se asentaba acá, que ahora me volvieron a pedir el lugar, para poder hacer reuniones por el tema de la cárcel. Pero nosotros en el club, estamos dándole un lugar, pero no porque nosotros estemos haciendo la petición. Es como que, te brindamos el lugar, como son todas familias de acá, vecinos del club, nos propusieron brindarles un lugar para que pudieran hacer sus reuniones. Ahora volvieron de vuelta, porque se habían quedado con el tema de la pandemia”.

4- ¿Cómo fue el tema para reanudar las actividades, después de la cuarentena?

“Y, muy complicado, muy complicado… Nosotros tenemos un club muy chiquito, es muy, vos lo viste, es un club muy prensado. Entre todo eso, teníamos que llegar… Cuando empezó todo esto teníamos que ir a las plazas, cuando las plazas no nos convenían. Entonces, nos íbamos moviendo en los lugares donde había menos gente. Se trató de ir a la General Paz. Cuando se volvía a ocupar mucho la General Paz, íbamos a otro lado, hasta que decidimos cortar. Porque era más seguro estar acá, que arriba de 200 personas. Porque nosotros somos conscientes de los que estamos. Con los papás, se hizo una burbuja, que como la mayoría de los chicos van a los colegios de la zona, y a la primera migaja de algo, alguna gripe, se habla a las 8 de la mañana y se suspende la jornada. La verdad que la pasamos muy bien. No tuvimos, en 2 años, gracias a Dios, toco madera, un infectado en el club. Sacando de que, por estrechos, sí tuvimos que cortar 2 veces, 2 categorías. Pero no tenían nada, solamente pasa, que una temperatura, por invierno, gripe… nada más que eso, y a la semana estaban de vuelta andando. Es muy familiero, por eso doy gracias a todo lo que es la comunidad de este club, que somos una familia. No es uno, es una familia. No entra nadie acá, si no está testeado, se hace todo. Alcohol, desinfectante, se desinfecta el club todos los días. Es más, está constantemente en desinfección. No hay nada, pero nunca viene mal que sigas la misma línea, ¿no?”

5- ¿Y tienen algún tipo de actividad a futuro? ¿Algo que quieran empezar a implementar, algún proyecto?

“Y el proyecto es el futsal. Siempre pedimos un pedacito, no pedimos que me hagan una obra. Pedimos un terreno. Un terreno donde se pueda ir pagando. Un terreno que nos den, como dato, a 20 años, 10 años, no sé, hasta donde se pueda. Donde los chicos puedan, porque tenemos mucho chico becado también, es una escuelita. Dentro de esa escuelita, donde tenemos chicos que son muchos autistas, que los incorporamos dentro de los chicos, son todos iguales. Intentamos hacer un montón de cosas, hasta donde nos dan las manos. Porque lo ves y si subís, vas a ver todas las instalaciones protegidas con todo. Cada uno tiene su botiquín, tenés el desfibrilador, hay en todos los lugares alcohol, desinfectante, armamos un cine para los chicos nuestros del club. Tratamos de que la familia siga siendo familia en el club. Fuera de la competencia, tratar de darle un lugar como para tener 2 horas, 3 horas más adentro del club. La idea es potenciar a los chicos que quedan fuera del sistema. Porque, cada 6 horas, 5 horas, 8 horas, 10 horas que puedas sacarlos de la calle, y que estén dentro del club, los sacás de un ámbito medio feo. Tratamos eso, y estamos empujando hacia allá”.