Expertos de la Unesco, la agencia de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, realizó hace pocos días en Nueva York, la Cumbre por la Transformación de la Educación. Donde analizaron el bajo impacto de las políticas educativas aplicadas en Latinoamérica para elevar los niveles de aprendizaje. Fue la sexta edición del Foro Regional de Política Educativa.

Algunos datos son muy preocupantes: de acuerdo al último informe que elaboró Unesco junto a Unicef y la Cepal, existe una «pobreza de aprendizajes» lo que deriva en que el 79% de los niños de 10 años «no sepan entender un texto». Este alto índice constituye «un indicador crucial y cruel» pero que «viene en retroceso desde hace años, mucho antes de la pandemia, cuando ese índice alcanzaba el 50 %», lo que convierte a Latinoamérica «en una de las regiones más rezagadas del mundo en materia educativa», indicaron los especialistas.

Uno de los presentes fue Leonardo Garnier, ex ministro del área de Costa Rica, quien manifestó: «En la Cumbre de Nueva York, se habló no sólo de recuperar las pérdidas de contenidos sino de no volver a los sistemas educativos prepandemia, reimaginarlos para que verdaderamente se capacite» . El director de IPE-Unesco, Pablo Cevallos Estarella, destacó que existen «recomendaciones canónicas» sobre cómo mejorar el nivel de aprendizaje, pero «han pasado más de 20 años que los países las aplican y no se obtienen los resultados esperados».

«La crisis educativa se mide en términos de pobreza de aprendizajes, por lo que no podemos hacer lo mismo que hasta ahora, hay que cambiar las estrategias de enseñanza», dijo el director de Unesco, ex viceministro de Educación en su país, Ecuador. Por su parte, la experta colombiana Claudia Uribe, también directora regional de Unesco, aseguró que «el problema educativo en Latinoamérica es estructural y es alimentado por factores externos e internos a los sistemas educativos. Se han aplicado políticas educativas muy poco efectivas. Según los últimos resultados de la evaluación ERCE sólo una tercera parte de los estudiantes finalizan la primaria con las competencias mínimas».

Inversión en los países

«Hay países que invierten entre 15 y 20 mil dólares por alumno, otros 50 dólares. En América Latina estamos entre 800 y 1000 dólares por alumno», señaló Garnier, y destacó que para que la educación tenga un piso de financiamiento «es necesario una renovación progresiva de los sistemas impositivos existentes». En este sentido el centroamericano precisó además que a esto se agrega que el financiamiento de la educación «tuvo un sendero decreciente en la región, en donde en 15 países se redujo el presupuesto». «Es tiempo de sostener una mirada profunda y valiente sobre por qué las reformas aplicadas no han impactado en los aprendizajes», aseguró Uribe.

¿Y por casa cómo andamos?

Según los datos de las últimas pruebas Aprender, el 70% de los niños que habitan los hogares pobres no llegan a un nivel básico o llegan apenas al nivel básico en lengua y matemática. Luego, los recientes datos del Indec dicen que el 50% de los niños menores de 14 años habitan en hogares pobres. Por lo tanto, en Argentina, 35% de los niños son pobres y no saben leer, escribir, sumar y restar.

En el nivel educativo superior, los números también son rojos: con respecto al acceso a ese nivel, apenas 1 de cada 10 jóvenes (12,4%) del decil de ingresos más bajo cursa estudios universitarios en la Argentina. En el otro extremo de la pirámide social, en el decil más alto, casi la mitad de los jóvenes (46,0%) asisten a la universidad. Si se consideran también las carreras terciarias, se observa que el 17,5% de los jóvenes más pobres (decil 1) cursan estudios superiores, mientras que la cifra es del 52,3% para los jóvenes de mayores ingresos (decil 10).