¿Quién no se subió en su niñez a una calesita, cuántas ilusiones depositamos en ganar un viaje más atrapando la sortija? Lo cierto es que la primera calesita de Buenos Aires tiene su historia: llegó de Europa, más precisamente desde Alemania, y se instaló en 1867 al barrio del Parque -hoy Plaza Lavalle-, y la hacía girar un caballo, con varios nombres, “merry-go-round”, inglés, “tiovivo”, español.
Los porteños impusimos “calesita”, que deriva del “vamos a jugar a las calesas”, un tradicional paseo en carruaje de mediados del diecinueve que daba vueltas por una ciudad más de tierra que de empedrado. Luego vino el “ir al calesero”, en su mayoría inmigrantes españoles que fueron pioneros en esta industria del entretenimiento popular, “calesitero” y, finalmente el nombre que quedó, calesita. Además, era trashumante, es decir no quedaba fija en el lugar ya que recorría los nacientes barrios de la época.
¿Calesita o carrusel?
Aclaremos los tantos. En la calesita las figuras se encuentran fijas mientras que en el carrusel tenemos a los caballos que suben y bajan. Dicho esto tenemos que la primera calesita argentina fue creada por el francés Cirilo Bourrel, y financiada por un español, Francisco Meric y de la Huerta, en 1891. Funcionó en la plaza Vicente López con corceles, chanchitos y cisnes manufacturados en nuestro suelo. Para el primer carrusel hecho en casa habría que esperar hasta 1943, cuando CUMA -Carruseles Ultramodernos Argentinos-, una famosa fábrica rosarina de calesitas de los hermanos italianos La Salvia, recibe el encargo de Sequalino Hnos. para un emplazamiento en la Capital Federal, en Avenida Rivadavia e Hidalgo.
La más antigua, en nuestra Comuna
Si! la calesita más antigua que se conserva en CABA está en la plaza Arenales de Villa Devoto: Adelino Luis Da Costa, más conocido cono Tito y su mujer regentean hace 40 años la calesita, que supo estar en distintos predios hasta recalar sobre la calle Nueva York antes de su emplazamiento actual desde 2007. El carrusel data de 1938-vale decir que ya pasó los 80- y desde 1978 está al mando de este querible personaje al que le fue legado por su tío.
La calesita está abierta de lunes a viernes desde 3 (para recibir a los chicos que salen de la escuela). Los fines de semana y feriados, abre de 11 a 20. A sus 79 años y junto a Maru, llega todos los días desde Lanús para brindar alegría a chicos y grandes. Si bien la calesita todavía es considerada un juego muy popular en todo el país, es cierto que su popularidad, en comparación a décadas pasadas, ha disminuido notablemente.
Es por eso que de todas las unidades que había en la Ciudad de Buenos Aires, se estiman que solo quedan 54 en pie, distribuidas en diferentes plazas y parques públicos. En la historia, la primera calesita aparece en un bajorrelieve del Imperio Bizantino del año 500, que muestra a varias personas dentro de cestas suspendidas de un poste. Algunas versiones dicen que, hacia el año 1100, no era un juego, sino una plataforma para entrenar jinetes de combate.