Amantes de la historia de la ciudad y melómanos tangueros podrán en breve disfrutar de una joya arquitectónica de nuestro distrito: el Gobierno de la Ciudad inició la restauración de “El Tambito”, célebre construcción de 1877 que funcionó primero como expendedora de leche, más tarde como boliche tanguero y que durante décadas estuvo abandonada y sometida a incendios y vandalismos varios.
¿En qué consiste su recuperación?
En la parte exterior del edificio, con una hidrolavadora se hará una limpieza general de la fachada, luego se le aplicará un cepillado manual. En la estructura, se sellarán las grietas y se retirará la vegetación que la invadió. De forma manual, se retirarán elementos agregados a lo largo de los años como cables, artefactos y carteles, a partir de allí se intentará llegar al color de pintura original.
El siguiente paso será recuperar y evaluar el estado de piezas y adornos de madera, hierro y acero. En tanto el último paso de la recuperación del lugar será la instalación de 8 luminarias lineales 100% LED en la fachada (actualmente no tiene iluminación) y 5 proyectores 100% LED en partes específicas, que iluminarán las cuatro fachadas y destacarán la arquitectura y el entorno.
Ya en el interior: se reparará la estructura de madera del edificio (vigas, tirantes, parantes, ensambles, apoyos sobre muros y uniones). Se conservarán la mayor cantidad de piezas posibles para respetar los elementos originales que forman parte de la historia del edificio. En cuanto al piso del edificio y del espacio público que rodea la construcción, se repararán más de 180 m2 de superficie (incluye el piso interno y veredas del entorno con baldosas).
La historia del lugar
En octubre de 1877, se firmó un convenio entre la Comisión Auxiliar del Parque Tres de Febrero (Palermo) y el señor Casares, un importante promotor de la industria láctea en el país. Casares se comprometía a pagar un alquiler mensual por un kiosco y un terreno con 40 varas de frente al este sobre la avenida Sarmiento y 40 varas de fondo sobre el camino de los Paraísos, por un período por cinco años. Luego el arrendamiento fue cedido a la firma Constan & Fernán y Cía. La lechería dio paso a un bar, y el bar fue punto de encuentro de personas de todos los sectores sociales: arrabaleros, malevos y grupos de la élite porteña. También funcionaba como prostíbulo.
Un hecho de sangre selló el destino del lugar. En una pelea de patotas entre malevos e hijos de la alta sociedad porteña fue muerto de una puñalada un joven de “buena familia”: Juan Carlos Argerich, apodado Vidalita, “argentino, 22 años y soltero”, según la crónica policial. El agresor fue José “Cielito” Traverso, uno de los dueños del Café O´Rondeman del Abasto, sitio donde cantaba Carlos Gardel. Fue una típica pelea de gente algo pasada de copas que derivó en una cuchillada mortal en el vientre de Argerich, en tiempos en que era común llevar el facón en la cintura. Este trágico hecho de diciembre de 1901 fue el principio del fin del reducto tanguero, ya que las autoridades cerraron las puertas de El Tambito, y éste comenzó a padecer el olvido y el consecuente deterioro.
Sito en la plaza Sicilia, en avenida Berro entre avenida Sarmiento y Casares, fue sede de la administración del Parque Tres de Febrero en la década del ‘40 y “Casa de la Juventud” durante la gestión del radical Facundo Suárez Lastra, con el regreso de la democracia en 1983. Desde el 2001 al 2005 se llamó “Casa Joven”. Desde entonces, el emblemático chalet sufrió el abandono y la desidia.