La Comuna 11, increíblemente, es meca de muchas historias maradoneanas: Segurola y La Habana, la primera casa, Argentinos Juniors… Miles de fanáticos llenaron de emoción y homenajes cada rinconcito de nuestros barrios. Identificación total

Pasaron apenas unos días de la muerte de Diego Maradona pero es obvio que su nombre, legado y memoria continuarán por siempre. El 10 está íntimamente ligado con la Comuna 11 por varios motivos. Y no faltaron homenajes en ningún rincón identificado con él.

Su casa de Villa del Parque (Lascano 2257) y últimamente renombrada como «la casa de D10S», fue el regalo que el club de sus inicios Argentinos Juniors le obsequió en 1978, apenas cumplidos los 18 años. Hoy convertida en museo, conserva la esencia y mística de aquellos años: mesas y sillas intactas, mismos cuadros, misma cama y muchos otros detalles que hacen de esa casa una verdadera reliquia. Fue utilizada para grabar la serie de Maradona (que aún no salió) y durante la cuarentena estuvo abierta de forma virtual. Hoy se ofrecen cupos limitados y el 25 de noviembre, el sitio declarado de Interés General por la Legislatura Porteña, recibió a cientos de fanáticos que se congregaron a rendirle culto al D10s del fútbol.

A metros se encuentra la cancha de Argentinos Juniors, primer club de Diego. En 1969 hizo la prueba para las inferiores y, con pinta de crack desde chiquito, debutó en 1976 en la derrota ante Talleres por 1-0. Marcado a sangre por el semillero de Villa General Mitre, fue con el sello del Bicho a donde iba y sin olvidar sus orígenes, a pesar de haber tenido pasos destacados e inolvidables por Newell’s y Boca (donde es ídolo también, por supuesto). Desde el miércoles, tanto fanáticas y fanáticos del Bicho como todas aquellas personas que no lo son y simplemente adoran al Diego, dejan sus flores, tributos y homenajes en una de las paredes que tiene su mural.

Otro de los santuarios tuvo lugar en la casa que Maradona le regaló a sus padres en Villa Devoto, ubicada en las calles Cantilo y Marcos Paz. Un lugar de reunión familiar, en el que pasó fiestas con sus padres e incluso se reunió con Dieguito JR.

El último gran homenaje dentro de nuestra Comuna se gestó en la intersección de Segurola y Habana, casa familiar del Diego en Villa Devoto. Esta dirección, usada en la jerga popular como invitación a la pelea, remite a una divertida anécdota durante un partido entre Boca y Colón, en la que tras un altercado dentro de la cancha con el Huevo Toresani, Diego tiró la famosa frase «A Toresani, Segurola y Habana 4310, séptimo piso». No sabía que, tantos años después, continuaría siendo (y lo será) una frase para la posteridad. Sin tiempo que perder, los fanáticos se acercaron a dicha intersección y la renombraron como Diego y Maradona, perteneciendo a la Comuna 10 en vez de la 11.

Pero esto no es todo: para sumar al sentido de pertenencia con nuestra Comuna, el Diego se puso la camiseta de Club Parque en 1991. Tras la suspensión de la FIFA, que implicaba la prohibición de la participación en torneos de AFA, Diego no pudo con su genio y no abandonó los botines: jugó para Parque la Liga Metropolitana, torneo que ganó incluso junto a Checho y el Chino Batista.

No habrá otro igual. Y los homenajes siempre quedarán chicos.