Una vez más el Museo Saavedra del barrio homónimo en la Comuna 12 nos permite recordar una gesta histórica; la realizada por el General San Martín y sus hombres: el Cruce de Los Andes.

¿Cómo es la exposición?

El “Cruce de los Andes” se llama la Rastra que desde este mes se está exhibiendo en la “Sala San Martín” del Museo histórico Cornelio de Saavedra.

¿Qué es la rastra?.

Se trata de un objeto típico que utilizan los gauchos; tiene forma de escudo metálico que por lo general tiene grabadas iniciales o algún motivo especial, y se utiliza en el centro del cinturón. Esta pieza en particular hecha en alpaca, fue realizada en el año 2019, y es de autoría del maestro orfebre Mauro Sabbatini. En ella se puede ver como pieza central la silueta del gran correntino a caballo, en la parte superior el año 1817, y los días que demandó la expedición representados en forma de flores, una por cada día.

La “Sala San Martín”, recorre a través de sus objetos el proceso de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y su contraofensiva militar contra los realistas que querían recuperar el territorio luego de los hechos de mayo de 1810 y julio de 1816.

¿Cómo fue el cruce de Los Andes?

No está de más conocer o recordar algunos detalles de aquella gesta heroica: El movimiento de tropas se inició el 5 de enero de 1817, movilizando seis columnas simultáneas sobre un frente de más de 2.000 kilómetros, a una altura promedio de 4.000 metros y a través de seis pasos diferentes. Oficialmente está reconocido el 17 de enero como el día de la partida hacia Chile. La columna principal salió de Mendoza. Estaba integrada por la vanguardia, al mando de Miguel Estanislao Soler, y la retaguardia, encabezada por Bernardo de O’Higgins y el propio San Martín.

Esta columna cruzó por el paso de Los Patos. La columna secundaria, también salida de Mendoza, y al mando del general Las Heras, cruzó por el paso de Uspallata. Esta columna llevó 22 piezas de artillería, desmontadas y transportadas a lomo de mula, 600 granadas y 2.000 balas de cañón. Otras cuatro columnas menores avanzaron por pasos ubicados al sur y al norte, con el objetivo de confundir al enemigo y enmascarar el movimiento principal. El avance promedio diario fue de unos 28 kilómetros de un total de unos 500 kilómetros que había que recorrer para llegar a Chile.

El cruce tuvo su dramatismo: los soldados tuvieron que soportar grandes cambios de clima; la sensación térmica agudizada por la altura; un sol muy fuerte de día, con temperaturas que llegaban a más de 30 grados; durante la noche, el viento helado, con registros inversos: 20 grados bajo cero. Nuestro prócer tuvo sus dificultades personales: San Martín padecía de úlceras, y durante muchos tramos del cruce, aquejado por sus dolencias, debió ser trasladado en camilla. Durante el regreso a Buenos Aires, luego del primer cruce, estas dolencias hicieron empeorar su salud. Abierto todos los días menos los martes, nos acercan los colectivos 110, 111, 117, 140, 176 y 2.