Este viernes, fue publicado en el Boletín Oficial, mediante Decreto de Necesidad y Urgencia, el Decreto 886/2021, que finaliza con la prohibición de despidos que había sido prorrogada hasta el 31 de diciembre, a través del DNU 413/2021, y que había sido establecida el 31 de marzo de 2020.
La decisión, tomada en conjunto entre el presidente Alberto Fernández, y el Ministro de Trabajo, Claudio Moroni, pretende ser una salida “extraordinaria”, con la finalidad de levantar de a poco al mercado laboral, y solventar el daño que ha sufrido, sobre todo en los últimos dos años.
Sin embargo, el DNU, sigue extendiendo, hasta la fecha del 30 de junio de 2022, la situación de emergencia pública, aclarando que las indemnizaciones extras, quedarán únicamente para los casos en que haya ocurrido un despido sin causa, manteniendo el tope de $500.000.
A su vez, las personas despedidas sin causa, gozarán de una indemnización adicional del 75% hasta febrero, 50% hasta abril, y de un 30% hasta junio, del año 2022. Esta salida gradual de las medidas anti despidos tomadas por el Gobierno, con diferentes posiciones dentro del oficialismo, prevé que cada dos meses, los empresarios vean reducciones en el costo de los despidos.
Por su parte, el sector empresarial no está de acuerdo con seguir extendiendo estas medidas, aunque sea en forma gradual, es lo máximo que llegó a atinar el Gobierno, teniendo entre las filas del Frente de Todos, personas que apostaban por mantener el DNU, tal y como se encontraba, sin ningún tipo de modificación.
Lo que plantea el Gobierno, es buscar un equilibrio ideal, para poder salir de la crisis ocupacional del mercado, profundizada durante la declarada crisis sanitaria, de forma que los niveles de empleo, se normalicen. Actualmente, el nivel de empleo registrado en el sector privado, se encuentra en un 5% por debajo del nivel de diciembre de 2015.
A decir verdad, habrá que esperar para confirmar si estas medidas, en efecto, cumplen su cometido. Si hay algo que el gobierno anterior, de Mauricio Macri, nos ha dejado vislumbrar, es que el gradualismo, termina siendo insuficiente a la hora de establecer políticas serias. La situación es delicada, y esperamos que la salida de esta situación alarmante, sea de lo menos dañina para todos.
La interminable extensión de los demás ítems del DNU, tampoco genera mucha confianza. Sólo el tiempo dirá si el Gobierno mantiene su palabra, y hace todo lo posible para que el mercado deje de verse tan perjudicado, y si dejará de poner límites, para que se pueda producir la mayor cantidad de empleo genuino posible, para que la economía crezca, y para que el bolsillo de los argentinos, se llene.