Quien es capaz de dimensionar si son pocos o muchos, los años que una persona comparte la tierra con nosotros. La especie humana está creada para nacer y morir. Hay personas que estuvieron ahí, acompañando nuestras vidas desde siempre. Eran parte del paisaje. De nuestras vidas, casi como un amigo o un familiar.
Ha sobrepasado a varias generaciones. A todos ellos, que les tocó tener a Carlitos como animador de los chicos. Como todos pasamos esa etapa de la vida, a los 97 años, seguro hemos reído por sus ocurrencias. De niños y de grandes también. Hasta los abuelos, habrán alcanzado a verlo como el divertido personaje que nos hacía reír y nos daba lecciones de vida. Con su humor fresco, transparente, sin agresiones ni malas intenciones. Cuantos habrán dejado el chupete en el “chupetómetro”. Era una ceremonia que a los chicos les encantaba. Muchos no dejaban de usarlo hasta que no lo llevaban a verlo a Balá.
Quien no habrá contestado: “salado”, a la pregunta de “¿Que gusto tiene la sal?”. Dejó una serie de frases que repetía e imponía su utilización: “está un kilo y dos pancitos”, “¿un gestito de idea?”, “ea-ea-ea-pe-pé”, “mamá ¿cuándo nos vamo…?”, “más rápido que un bombero”. y “sumbudrule”, entre otras muchas ocurrencias. Por eso, los que todavía somos parte de la población terrestre, vamos a recordarlo con mucho cariño. Solo dejó buenos recuerdos.
Tiernos y divertidos momentos vividos durante la infancia y después compartidos con hijos y nietos. En el barrio de Chacarita, donde él nació y vivió, se encuentra una estatua suya, mostrando su emblemático “gestito de idea”. Está situada en la entrada a la pizzería “Imperio de la pizza”. Carlos Salim Balaá Boglich, era su nombre completo. Hijo de Mustafá Balaá, libanés y de Juana Boglich, hija de croatas, amaba a su barrio de Chacarita.
Tanto que fue un simpatizante del club que fue fundado en esa parte del Buenos Aires de hace más de 100 años. Era un ídolo entre los seguidores de la institución. En las paredes del estadio, hace unos años, existe un mural en homenaje a quien públicamente trataba de convencer a todos los chicos, para que se hagan hinchas de “Chaca. Hasta pronto querido “Carlitos”, siempre vas a estar presente en nuestros mejores recuerdos.